sábado, 28 de noviembre de 2015

¿Cuales fueron las principales causas de su muerte?

El Imperio Mexicano contaba con el apoyo del partido conservador, y de buena parte de la población de tradición católica, aunque tuvo una oposición férrea de los liberales y de la masonería en México. Durante su gobierno Maximiliano I de México trató de desarrollar económica y socialmente a los territorios mexicanos bajo su custodia, aplicando los conocimientos aprendidos de sus estudios en Europa y de su familia, los Habsburgo, una de las casas monárquicas más antiguas de Europa, de tradición abiertamente cristiana y católica. 

Pero la política de Maximiliano resultó ser más liberal que lo que sus partidarios conservadores pudieron tolerar. Ello es así en parte por la propia estrategia de Napoleón III, que el 3 de julio de 1862 había dirigido al mariscal Forey instrucciones secretas que requerían evitar el dominio conservador del régimen, instaurando en cambio un gobierno moderado en el que estuvieran representadas todas las tendencias. Y también por el talante liberal de Maximiliano, que ya había manifestado al gobernar Lombardía en los años 1858 y 1859.[2] Un hecho que puso de manifiesto esa tendencia incompatible con los conservadores locales fue la negativa de Maximiliano a suprimir la tolerancia de cultos y a devolver los bienes nacionalizados de la iglesia, cuando el nuncio papal le requirió ambas decisiones. Gran parte de los conservadores mexicanos, decepcionados, retiraron su apoyo a Maximiliano, e inversamente, hubo liberales moderados que se aproximaron al nuevo régimen,[3] mientras que los liberales republicanos no por ello dejaron de persistir en la lucha por recuperar al país de un gobierno monárquico. 

Los liberales buscaron por todos los medios la derrota del imperio. Encabezados por el Presidente Benito Juárez, permanecían firmes en la defensa de la República secular. Juárez gozaba del apoyo de los Estados Unidos, a quienes no convenía la presencia en América de un régimen apoyado por las monarquías europeas (una posición inspirada en la Doctrina Monroe), e hicieron cuanto pudieron por evitar que los conservadores mexicanos tuvieran éxito. 

Al final, los cambios políticos a nivel internacional repercutieron en el Imperio Mexicano. Estados Unidos, que durante la mayor parte de esta época estaba enfrascado en su propia guerra civil entre los estados del norte y los del sur, había conseguido finalmente la paz, y estaba listo para apoyar al gobierno republicano de Juárez. 

Napoleón III, por su parte, se enfrentaba a serias amenazas en Europa y requería que sus tropas regresaran al país galo. Con el apoyo económico de los estadounidenses a la facción republicana, y sin el apoyo francés ni conservador en el país, poco le quedaba por hacer a Maximiliano. Decidió enfrentarse a las consecuencias, desoyendo los consejos que le sugerían abdicar y regresar a Austria. Fue sitiado con los restos de su ejército y finalmente capturado en Querétaro por soldados del general Mariano Escobedo, como consecuencia de la traición del Coronel Miguel López. 

Tras un juicio en ausencia, celebrado en el teatro municipal por un coronel y seis capitanes, sin derecho a apelaciones y con base en un interrogatorio que en su mayor parte el Emperador se negó a contestar, los revolucionarios lo condenaron a muerte. Fue fusilado en el Cerro de las Campanas de la ciudad de Querétaro el 19 de junio de 1867, junto con los generales conservadores Miguel Miramón y Tomás Mejía. 

El Emperador de México, segundos antes de recibir las descargas del pelotón de fusilamiento (disparadas a un metro de distancia de su cuerpo), proclamó: "¡Mexicanos! Muero por una causa justa, la de la independencia y libertad de México. Ojalá que mi sangre ponga fin para siempre a las desgracias de mi nueva patria. ¡Viva México!". Asimismo se dice que pagó a cada uno de los verdugos con una moneda de oro para que no se le disparase a la cara, así podría ser reconocido por su madre. 


Tumba de Maximiliano en la Cripta Imperial de Viena, AustriaSus restos fueron depositados al año siguiente en la Cripta Imperial de Viena de la Iglesia de los Capuchinos. 






¿como fue que llego a México?

Una comisión de personas relacionadas con el Partido politico de los Conservadores de México y la Iglesia católica, a disgusto con el gobierno de Juárez y la Constitución de 1857llegó en 1863 al Castillo de Miramar, en Trieste. Este era el lugar donde residían Fernando Maximiliano de Habsburgo y su esposa, Carlota de Bélgica. La comisión iba encabezada por José María Gutiérrez de Estrada, y en su compañía iban Juan Nepomuceno Almonte (hijo natural del cura José María Morelos y Pavón), Francisco Javier Miranda y don José Manuel Hidalgo Esnaurrízar (el Ministro en París del Emperador Maximiliano "Un hombre de mundo escribe sus impresiones y cartas de José Manuel Hidalgo y Eznaurrizar").

El 10 de julio de 1863, la Junta de Notables emitió el siguiente dictamen:

  • 1.- La nación mexicana adopta por forma de gobierno la monarquía moderada, hereditaria, con un príncipe católico.
  • 2.- El soberano tomará el título de Emperador de México.
  • 3.- La corona imperial de México se ofrece a S. A. I. y R., el príncipe Maximilianoarchiduque de Austria, para sí y sus descendientes.
  • 4.- En caso que, por circunstancias imposibles de prever, el archiduque Maximiliano no llegase a tomar posesión del trono que se le ofrece, la nación mexicana se remite a la benevolencia de S. M. Napoleón III, emperador de los franceses, para que le indique otro príncipe católico.

El 3 de octubre de 1863 en el castillo de Miramar, los mexicanos ofrecieron la Corona de México al archiduque austriaco. Para convencerlo, la delegación argumentaba que el pueblo de México deseaba un príncipe europeo en el trono, y que el desacuerdo con el gobierno de la República era general. Al ser derrotados los conservadores en la llamada Guerra de Reforma decidieron buscar apoyo en las casas gobernantes europeas con el fin de instaurar en México un gobierno imperial afín a su ideología católica, para ello crearon una comisión que se dedicó a visitar las casas reinantes de Europa con el fin de obtener apoyo a su causa. Por medio de la esposa española de Napoleón III de Francia, doña Eugenia de Montijo, contactaron con Maximiliano de Habsburgo quien mostró agrado en la empresa y después de obtener el beneplácito del emperador francés y el austriaco se embarcó en la aventura.

A Napoleón III de Francia le agradó la idea de crear un imperio en México y decidió apoyar a los conservadores enviando al ejército francés a México, con el fin de establecer un gobierno pro-francés frente a los Estados Unidos. El ejército francés fue derrotado en la famosa Batalla de Puebla, pero al año siguiente regresaron y tomaron la ciudad de Puebla, y finalmente con el apoyo de los conservadores mexicanos tomaron la ciudad de México y con ello el poder instaurando la monarquía parlamentaria, declarando a Maximiliano I de Habsburgo emperador de México.

La residencia oficial del emperador fue el Castillo de Chapultepec, en el centro de la Ciudad de México. El II Imperio Mexicano sería más largo que el primero, de 1863 a 1867. El gobierno de Maximiliano, sin embargo, sorprendió a los conservadores. Él era un hombre ilustrado y moderno, mucho más cercano a los liberales mexicanos que a los conservadores, y pronto decepcionó a quienes le invitaron a aceptar la corona mexicana. Benito Juárez, en ese entonces presidente constitucional, encabezó la lucha contra las tropas francesas, y en 1867 regresó a la Ciudad de México, habiendo derrotado a los conservadores mexicanos.






Maximiliano I y su gran amor por Mexico

Emperador de México (Viena, 1832 - Querétaro, México, 1867). Maximiliano era un archiduque de la Casa de Habsburgo, hermano del emperador austriaco Francisco José y yerno del rey belga Leopoldo I. 

En 1857 Maximiliano fue nombrado gobernador de las provincias italianas de Lombardía y el Véneto, pertenecientes al Imperio Austriaco; y, como tal, sufrió el ataque del Piamonte que, con el apoyo militar del Segundo Imperio francés, le arrebató la Lombardía y puso en marcha la unificación de Italia en 1859.Desde entonces se retiró de la vida pública, dedicándose a viajar y estudiar botánica. En 1863 Maximiliano volvió a entrar en los planes del emperador francés Napoleón III: éste había invadido México para exigir el pago de las deudas del gobierno de Juárez en 1861; y una vez allí, había decidido convertirlo en un Estado satélite, desde el cual contener la influencia anglosajona en América Latina en beneficio de Francia, aprovechando el debilitamiento de los Estados Unidos por la Guerra de Secesión (1861-65). 

Napoleón hizo que la asamblea de notables conservadores que le apoyaban en México ofreciera la Corona del país a Maximiliano, para así reconciliarse con Austria y compensarle por la pérdida del Piamonte. Maximiliano aceptó en 1864 y se convirtió en emperador de México, apoyándose en la opinión católica y conservadora frente a los liberales de Juárez, que contaban con el apoyo popular.

Maximiliano I aplicó una política encaminada a propósitos liberales afectando a los grupos conservadores, pues con los decretos sobre nacionalización de bienes eclesiásticos y de libertad de cultos, ratificó las Leyes de Reforma juaristas. Su popularidad fue cayendo no sólo ante los ojos de los conservadores mexicanos que lo colocaron en el poder, sino ante el mismo Napoleón III, quien le retiró su ayuda económica y militar. 

Las fuerzas nacionalistas liberales provocaron una guerra civil y obligaron a Maximiliano a pedir ayuda a sus promotores. La emperatriz Carlota viajó a Francia y Roma para pedir apoyo pero durante su estancia en Europa enloqueció, por lo que quedó recluida en Tervueren, Bélgica. Las fuerzas liberales comandadas por los generales Ramón Corona y Mariano Escobedo avanzaron hasta Querétaro en donde los enfrentó el mismo emperador y los generales Miguel Miramón y Tomás Mejía, sin éxito. Fuero aprehendidos y sentenciados a muerte, cosa que se ejecutó en el Cerro de las Campanas el 19 de junio de 1867. Sus restos fueron enviados a Austria y enterrados allí.